miércoles, agosto 02, 2006

A modo de editorial - #4 -



Aquí estamos. Podríamos decir que como si nunca nos hubiéramos ido. Pero no. Nos parece que es al revés: estamos acá porque nos fuimos.
Hace un año y medio atrás, cuando este proyecto empezó, sabíamos -apenas- qué cosas no queríamos ser. Nos costó un par de números y algunas discusiones menores averiguar qué revista queríamos construir. Y estos meses de silencio nos sirvieron para encontrar los primeros pasos para llegar a ser esa revista. Que no es esta. No todavía. Nos gustaría otro formato, un circuito de distribución más amplio, un grado mayor de diversidad temática, poder ponerle un precio, entre otras cosas. Pero este es un primer paso, creemos, para que Juguetes tenga el tamaño de nuestros sueños. Sin apuros, sin urgencias, por el placer de juntarnos, de pensar y escribir.
Nuestro propósito es hacer circular los trabajos que consideremos valiosos sin importar la edad del autor, ni su nacionalidad, ni si es desconocido o famoso, si tiene varios libros publicados o permanece inédito, sin importar el género que cultiva. Porque no queremos ser una tribuna de difusión de un estilo o de autores por el único hecho de ser jóvenes- argentinos-desconocidos, no es nuestro juego crear una secta de los nuevos escritores ocultos, como tampoco el de repetir textos remanidos de autores famosísimos o poner la cara del Che en la tapa cada tres números para que la revista sea más atractiva. Es decir, es muy posible que no vayamos a publicar el relato Una rosa para Emilly, porque probablemente la mayoría de quienes nos lean ya lo conozcan, pero a un autor inédito lo vamos a medir con la misma vara con la que medimos a Faulkner. Y cuando presentemos escritos de autores reconocidos trataremos que sean inéditos en español o poco difundidos (una vez más, ¿quién no leyó Una rosa para Emilly?) no por el culto a la novedad, sino para que quienes los lean encuentren en estas páginas algo que no esté ya en su biblioteca, esas perlas que, por cualquier razón, llegaron a nuestras manos.
No queremos hacer opinología pura (esto es bueno porque a mi me gusta) ni academicismo de ningún color. No nos interesan los circuitos literarios. Nos reservamos el derecho de repensar la literatura -corrientes, historia, ideología, particularidades locales, escritos y escritores- porque creemos que es una aventura más rica, más interesante y más digna, la de elaborar, pensar y discutir desde nuestras lecturas literarias -pero también filosóficas y políticas-, desde nuestras historias y nuestras éticas. Y opinar sólo cuando tengamos algo para decir.
Coincidíamos en una conversación no hace mucho, en que no son tantos los potenciales lectores de Juguetes, pero son aquellos con los que estamos interesados en dialogar, y creemos que sólo así vamos a encontrarlos: esos tipos a los que una vez Ricardo Piglia definió como el modelo del lector que está buscando un texto perdido en la maraña de librerías.
Recomenzamos la juguetería y la rabia.
Ojalá seas, parafraseando a Borges, el lector que estas páginas aguardaban.

1 Comments:

At 1:32 p. m., Blogger juan said...

Se agradece, vehe... lindo tenerlo por estos pagos
juan

 

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